Entrada destacada

Acceso al poder de la información (El Hack-activismo).

Por: Johao Larios, estudiante Ingeniería en Sistemas. Julian Assange,     fundador de Wikilieaks-esa organización que hace temblar a ...

lunes, 13 de junio de 2016

Cuando el amor se transforma en propiedad privada



De la familia, la propiedad privada y el asesinato del joven Cruz.
El amor propietario. Voy a citar a un amiguito, que a su vez citó hoy, si no me equivoco a Zizek: "El tener se antepone al ser, la humanidad moderna deja de lado los principios por alcanzar ideales sin sentido". En este caso, el de las posibles co-autoras intelectuales, como muchos hombres y mujeres por igual intentan mantener ese tener a toda costa. Tener a esa persona que les llena la vida de felicidad y-colocar aquí todas las cosas bonitas que su idea de realización personal a partir del amor de pareja le hacen sentir que querer tener pareja para su realización interior es el sentimiento más cool y hermoso de la vida actual-. En este sentido, la otra persona se convierte en un objeto. Un objeto de mi propiedad. Un objeto como un lápiz, o un carro. -Mae, ahora me topé a "su mujer". -Mae, "su marido" si que jode la insistencia.


¡Eligir! ¡Sí! Elegir pareja se torna en un proyecto casi como un proyecto empresarial para alcanzar un algo que me ayudará a sentirme-en muchos casos superior- mejor a como estaba yo en mi pasado, como es un proyecto a futuro, sería en mi yo actual. Es por lo anterior, que analistas salen diciendo por la tevé que lo que sufre la presunta es un síndrome de sobre apego. Pero, aquí es a lo que quería llegar. Ese sobre apego, no es en muchos casos un apego meramente de amor puro (sí, que romántico e idealista que eres johi). Es el del apego material. El hecho de que se nos enseñe a amar cosas, hace que implícitamente aprendamos también a digamos, cosificar el amor. A convertirlo en un objeto -inmaterial-. Aquí viene lo interesante del caso. A ver, a ver... tal vez ya sepan de qué se trata. Pues sí, ¡Surge el egoísmo! .Si yo no le tengo, si no tengo esa cosa que me hace feliz, nadie más puede tenerlo (celos). Entonces, mi reacción es la de eliminar esa cosa, para que no haga feliz a nadie más porque yo no puede ser feliz a partir de esa cosa. Es decir, no puedo ser sin tener. Sin tener no puedo ser.
Lo anterior, era lo grueso del post. Sin embargo, anoto unas cuantas lineas más que querían salir y quedar plasmadas.

En cierto sector, pareciera ser que se minimiza la muerte de un ser humano que puso en la opinión un tema tabú en la sociedad costarricense: el acoso.
Lo excepcional. Se minimiza también el hecho central que hizo que el nombre de Gerardo le diera la vuelta al mundo. Tuvo las agallas de denunciar un acto bochornoso del diario vivir al que todos simplemente le voltean la cara.
De la familia. ¿Por qué es importante mencionar la familia? Criterios van, criterios vienen. Muchos de ellos basados en que cómo es posible que el ejemplar muchacho, un muchacho de bien, al que se le veía en las noticias muy feliz con su ejemplar familia -del siglo XX, valga la aclaración- pudo estar(-Sí, pudo. En tiempo pasado) con una dama que le lleva unos años de más y que además es madre.
Acuse de recibo. Sector pro-igualdad de género desde la perspectiva de las nuevas masculinidades: -Ahora nadie habla del tema porque no fue un femicidio, si fuese un femicidio ya estarían esas viejas locas haciendo berrinche.
Recibido y respuesta. Sector pro-igualdad de género desde la lucha feminista: -Sí, ahora están tratando de minimizar los femicidios.-Con la lamentable noticia de las dos mujeres que murieron hoy a machetazos en Barva de Heredia- ¡Patriarcales!¡Ahora no van a decir que esto es femicidio!. Y así seguirá la discusión por los siglos de los siglos. Hasta que no dejen este jueguito de acuse de recibo, responda, que le respondo. ¡Parecen la vieja izquierda!, buscando la paja en el ojo ajeno en vez de caminar juntitos de la mano en pro de la nueva humanidad a la cual las dos corrientes filosóficas aspiran.

No hay comentarios:

Publicar un comentario